Bombón helado de dulce de leche (con tres ingredientes y sin heladera)





Os contaba, en la entrada de helado de cheesecake, mi historia con una heladera que nunca llegué a usar. Pues parece que tengo ganas de repetir. Me compré la famosa (en España) heladera de Lidl y voy camino de no estrenarla tampoco. Me da muchísima pereza, así que me dedico a hacer helados sin heladera. 

En la cena para la que preparé el cheesecake al horno de lima-limón y la tarta Tatin de higos (o brevas), serví esta última acompañada con un helado de moka suave. La receta (que saqué de la revista canadiense Chateleine) me pareció increíble de sencilla. Ese día no saqué fotos y pensaba repetirla. Uno de sus ingredientes es la leche condensada y pensando pensando me dije: “Si sale bien con leche condensada, mejor saldrá con dulce de leche, ya que al fin al cabo es lo mismo pero caramelizado”. Dicho y hecho. El resultado es increíble, un helado muy cremoso. Y solo con dos ingredientes, nata y dulce de leche. Yo normalmente uso dulce de leche Chimbote, pero esta vez no lo encontré y usé de otra marca que resultó bastante buena.

Por sofisticarlo un poco más, decidí darle forma de mini bombón helado. Por sofisticarlo y por estrenar los moldes de silicona que había comprado hace tiempo. Fue verlos en Amazon y enamorarme de ellos. Cuando me llegaron, me pareció una compra un poco absurda. Fueron bastante caros y solo salen cuatro. Nadie hace tan poca cantidad de helado, así que con parte del resto preparé una barra de bombón para cortar en trozos. También dejé un poco de helado tal cual para servir en bolas.




Me pareció que, para combinar con el dulce de leche, el mejor chocolate sería uno con leche y avellanas. Podría haber derretido el chocolate y añadirle avellanas troceadas, pero, como estoy medio vaga, pensé que era más fácil ya comprar un chocolate con avellanas. Mi favorito es el de Lidl con avellanas trituradas. Creo que la elección fue perfecta. Ese chocolate tan rico y el helado de dulce de leche hacen una combinación sublime.

Creo que otro día probaré a hacer los bombones de helado de turrón. Estos helados me han recordado a unos que tomaba en mi adolescencia. ¿Alguien se acuerda del Bombón turrón? Creo que era de Camy. Sólo los hubo uno o dos años, pero creo que es el helado que más me ha gustado nunca. Riquísimo helado de turrón de Jijona cubierto de chocolate con leche. 

Yo tenía 14 o 15 años y empezaba a salir. Los fines de semana practicábamos vela en un campamento en Gandario (la playa siguiente a la de Sada). Íbamos dos o tres personas en unos veleros pequeños de madera (cadetes). También en piraguas. Siempre volcábamos en el agua helada. No llevábamos ropa térmica, que no había. Yo recuerdo ir de vaqueros y un jersey de lana azul. Me parece increíble. Los días que no íbamos a navegar, pasábamos las horas muertas en una cafetería de Sada, el Dalvi. Allí tenían una de esas máquinas de discos donde sonaban siempre las mismas canciones. Entre ellas, “La casa del sol naciente”. Es escuchar esa canción y acordarme de las tardes del Dalvi. Y tarde tras tarde tomando un bombón turrón. Nunca los tomé en ningún otro sitio.



Ingredientes:
500 ml de nata para montar (al menos con un 35% de materia grasa) muy fría
400 g de dulce de leche
300 g de chocolate con leche con avellanas troceadas





Derretimos 200 gramos de chocolate al baño maría. Separamos del fuego y añadimos los otros 100 gramos. Dejamos que se deshaga y mezclamos bien.
















Con un pincel, cubrimos toda la superficie de los moldes, teniendo cuidado en no dejar ningún hueco. Tenemos que reservar chocolate para poner después por encima. El chocolate lo dejamos a temperatura ambiente y se mantendrá derretido. Metemos los moldes un par de minutos en el  congelador para que se endurezca el chocolate.












Ponemos la nata en un bol. Batimos un poco. Añadimos la mitad del dulce de leche y seguimos batiendo. Cuando está bien mezclado, añadimos el resto y batimos hasta que esté montada la nata. Tenemos que tener cuidado de no pasarnos porque se cortaría la nata.




















Llenamos los moldes con el helado. A los mini bombones les ponemos los palitos. Metemos en el congelador hasta que congelan, unas tres o cuatro horas.














Cubrimos con el resto del chocolate, intentando que queden trocitos de avellana en la superficie. Vemos que nada más poner el chocolate se endurece al contacto con el helado frío. Metemos en el congelador hasta el momento de comer.










Desmoldamos con cuidado. Es lo más difícil. Los bomboncitos hay que hacerlo con mucho cuidado, porque los palitos de madera hay que sacarlos al final con cuidado de no romper todo. En el molde grande hay que meter un cuchillo por el lado e intentar que vaya entrando aire para que se separe el chocolate del molde. Yo no soy muy aficionada a los moldes de silicona, pero creo que para esto estaría muy bien un molde alargado de silicona.

Servimos inmediatamente.



















Comentarios

Publicar un comentario